El chef Paul Bocuse, reconocido con tres estrellas Michelin y apodado el "papa" de la gastronomía francesa, que encarnó durante décadas en todo el mundo, murió este sábado a los 91 años, anunció en Twitter el ministro francés del Interior.
Paul Bocuse falleció en su conocido restaurante de Collonges-au-Mont-d'Or, cerca de Lyon (centro-este), según un chef lionés cercano a la familia, la cual no se pronunció todavía. Bocuse sufría desde hace años la enfermedad de Parkinson.
"Paul Bocuse murió, la Gastronomía está de luto. El señor Paul era Francia. Simplicidad y generosidad. […] El papa de la gastronomía nos deja", tuiteó el ministro francés del Interior, Gérard Collomb.
El encargado de la conocida guía Gault & Millau, Côme de Chérisey, recordó al "gran hombre, pero sobre todo a quien, junto a Henri Gault y Christian Millau, lanzó la nouvelle cuisine. Estuvo en el origen de ese big bang que se produjo en la gastronomía francesa y mundial".
Nacido el 11 de febrero de 1926 en el seno de una familia de cocineros, este hombre epicúreo con una energía desbordante, viajero insaciable, consagró su vida a la gastronomía.
Cocinero del siglo
A su restaurante llegaba gente del mundo entero para degustar sus platos emblemáticos como su "gratén de colas de cangrejo de río" o su "sopa VGE", un consomé a la trufa coronado por un trozo de pasta de hojaldre, creado en 1975 para su entrega de la Legión de Honor en el palacio del Elíseo.
"Monsieur Paul", como era simplemente denominado, se definía como "un adepto de la cocina tradicional", a quien le "gusta la mantequilla, la crema y el vino", y "no los guisantes cortados en cuatro", afirmó en el libro "Paul Bocuse, el fuego sagrado".
"Sí, seguramente mi cocina es anticuada", admitía este gran vividor, que se regocijaba con "platos simples" como el tradicional "pot-au-feu" francés.
Elegido "cocinero del siglo" en 1989 por la guía Gault et Millau y consagrado "chef del siglo" en 2011 por el prestigioso Instituto Culinario de Estados Unidos, Bocuse abrió nuevos horizontes a la gastronomía francesa, asociada para siempre a su nombre y su marca.
A partir de 1960, dejó los fogones para viajar a Europa, Japón y Estados Unidos. "Era un precursor, mi curiosidad me llevaba a todas partes", decía.
De sus viajes, importó recetas que declinó a partir de 1994 en sus "brasseries" – restaurantes de comida tradicional a precios abordables – de Lyon.
En 2007, abrió su primera "brasserie" en Japón, a la que le siguieron otras siete. En 2013, justo después de haber estado hospitalizado, inauguró con pompa un restaurante con su nombre, al norte de Nueva York.